Zombieland: Tiro de gracia. Director: Ruben Fleischer. Protagonistas: Woody Harrelson, Jesse Eisenberg, Emma Stone, Abigail Breslin, Zoey Deutch, Avan Jogia, Rosario Dawson, Thomas Middleditch y Luke Wilson, entre otros. Guión: Rhett Reese, Paul Wernick y David Callaham, basado en personajes y situaciones creados por Rhett Reese y Paul Wernick. Columbia Pictures. EE.UU., 2019. Estreno en la Argentina: 24 de octubre de 2019.
Hace diez años, los guionistas Rhett Reese y Paul Wernick, junto con el director Ruben Fleisher y los actores Woody Harrelson, Jesse Eisenberg, Emma Stone y Abigail Breslin, renovaron (¿sin querer queriendo?) el cine de género de muertos vivos. Lo hicieron con Zombieland, una película que maridaba el terror y el gore más sanguinario con la comedia adolescente yanqui. La premisa era simple: Por una mutación descontrolada, el mal de la vaca loca terminó convirtiendo a los EE.UU. en una post-apocalíptica Tierra de Zombis. Poco desarrollo argumental, mucha sangre y una seguidilla incontrolada de chistes misóginos y descerebrados, terminaron consolidando un éxito inesperado, fulminante y de culto.
Diez años después, los guionistas Rhett Reese y Paul Wernick, junto con el director Ruben Fleisher y los actores Woody Harrelson, Jesse Eisenberg, Emma Stone y Abigail Breslin, llamaron a un par de amigos y decidieron (¿sin querer queriendo?) volver a hacer la misma película y venderla como secuela. Zombieland: Tiro de gracia (Zombieland: Double Tap), sigue maridando el terror y el gore más sanguinario con la comedia adolescente yanqui. Su premisa es simple: A una década de la mutación descontrolada, los EE.UU. mantienen su status de post-apocalíptica Tierra de Zombis, catalogados ahora de acuerdo con su coeficiente intelectual. Poco desarrollo argumental, mucha sangre y una seguidilla incontrolada de chistes misóginos y descerebrados, terminan consolidando una película chata, previsible y excesivamente autorreferencial.
En lo que hace a la temática zombi, el film se convierte en una metaficción que se autoproclama como kilómetro cero del actual fenómeno multimediático que The Walking Dead ha sabido capitalizar como nadie. En ese sentido, se muestra consciente del tiempo transcurrido entre películas y sabe jugar con los antiguos y nuevos significantes del género, resignificándolos dónde corresponde y cuándo le conviene. Es en el terreno de la comedia donde la película no registra los cambios de paradigmas ocurridos dentro y fuera de la ficción. El problema no es la elección del humor tonto (sobre gustos…), sino su manifestación en forma de gags que hace diez años estaban naturalizados en forma y contenido, pero hoy suenan decididamente machistas y estigmatizantes.
Lo mejor de Zombieland: Tiro de gracia está entre los títulos de cierre y después de los créditos finales. Pero hay que aguantarse toda la película para llegar a ese momento de genuina gloria retroreivindicatoria.
Fernando Ariel García
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